Vivimos tiempos difíciles en los cuales se observa un sufrimiento humano colectivo que se acompaña con sentimientos de incertidumbre, inseguridad y desprotección.
Este sufrimiento es el precio que estamos pagando por no vincular la vida privada con la vida pública, lo cual nos impide comprender que los problemas privados tienen causas colectivas.
La economía de libre mercado provoca el surgimiento de un desmedido individualismo que fragmenta los vínculos sociales, genera insensibilidad social y nos impide ver que no hay soluciones locales a problemas globalmente producidos.
Hemos permitido que crezca entre nosotros la apatía política, el analfabetismo político y hemos dejado que quienes nos gobiernan hagan lo que se les antoje cuando deberían actuar como nuestros representantes y atender las necesidades sociales.
Esta apatía es producto del conformismo social que es estimulado por el neoliberalismo en la economía de libre mercado a través de la cual intentan convertirnos en homo consumens, es decir, en individuos cuya finalidad última es el consumo.
En tiempos de neoliberalismo todas las personas llegamos a experimentar sentimientos de indefensión, aislamiento, desconfianza y pesimismo. Esto es debido a que la situación social que compartimos en este momento histórico que nos tocó vivir, se caracteriza por una permanente crisis que degrada cada día la calidad de nuestra vida cotidiana.
Millones de personas compartimos un fuerte sentimiento de insatisfacción social por las condiciones en que vivimos. La implementación de políticas neoliberales ha traído como resultado la pérdida de derechos laborales, prestaciones sociales y sobre todo, una pérdida en nuestra capacidad adquisitiva.
Poco a poco vemos desaparecer prestaciones laborales, derechos conquistados. Umberto Eco tenía razón, en pleno siglo XXI estamos regresando a condiciones similares a las que existían en la edad Media, cuando somos testigos de que surge de nuevo la esclavitud humana.
La estabilidad laboral tiende a desaparecer en el mundo contemporáneo, los trabajadores pierden protección y están indefensos frente a los patrones. Durante décadas los gobiernos han implementado una política de topes salariales que ha frenado las aspiraciones de los trabajadores de compensar la pérdida de su poder adquisitivo a través de los aumentos salariales.
La desigualdad social se ha incrementado considerablemente en los pocos años que tenemos en este nuevo siglo y milenio. Creo que no exagero cuando pienso que una inmensa mayoría de mexicanos quisiéramos cambiar el mundo en el que nos encontramos por otro mucho mejor.
Por un lado nos han hecho creer que hemos alcanzado la libertad humana, nos dicen que somos libres para hacer con nuestras vidas lo que queramos y lo hemos llegado a creer al grado de que no sentimos en absoluto la necesidad de salir a las calles para reclamar o exigir más libertad.
Pero no nos dicen que en la sociedad de consumo en la que vivimos, en la que existe un culto al Dios Mercado, si no tenemos dinero, no somos parte del mercado y somos objeto de exclusión, marginación y aislamiento económico.
Nuestra libertad está sujeta a una violencia estructural que se caracteriza por un gran desempleo, carestía de la vida, precariedad de los puestos de trabajo y la amenaza del despido.
La implementación de políticas neoliberales ha provocado que nos quiten una gran cantidad de derechos sociales y servicios estatales con la intención de privatizarlos. Nos han quitado tanto que hasta se han llevado la confianza que teníamos en nosotros mismos y hemos aceptado la creencia de que es poco lo que podemos hacer ya sea en forma individual o en grupo para cambiar el curso de los acontecimientos.
Esta gran contradicción que nos señala Zygmunt Bauman en su libro En búsqueda de la política, que consiste en creer que hemos logrado la libertad y que podemos hacer lo que queramos, pero que no podemos hacer nada por cambiar el estado de cosas que caracteriza nuestra realidad actual, es algo que debemos superar y la manera de hacerlo es vincular lo personal con lo político.
Debido a la presencia de este pesimismo hemos llegado a renunciar a la idea de reunirnos con otras personas para discutir la idea de construir un mundo diferente al actual. Lo cierto es que día a día somos blanco de políticas y medidas que nos afectan en nuestro entorno individual, familiar, laboral y social.
Es por esas razones que experimentamos esos sentimientos de indefensión, aislamiento, desconfianza y pesimismo. La primera impresión es que estos sentimientos son resultado de situaciones individuales, pero si partimos de la premisa de que somos seres sociales y de que los problemas personales son resultado de la implementación de políticas económicas, nos daremos cuenta de que nuestros sufrimientos individuales son en realidad sufrimientos colectivos.
Tomaremos consciencia de que si actuáramos unidos, en forma organizada, podríamos cambiar la situación actual e inclinar la balanza a nuestro favor en la lucha por la defensa de nuestros derechos laborales y sociales.
En el contexto del neoliberalismo la educación pública, las universidades públicas y los sindicatos universitarios están en la mira de la privatización. La ignorancia colectiva es una condición necesaria para mantener el control social de la población. Quienes acceden al conocimiento pueden llegar a comprender como funciona el mundo y y esto es inaceptable para la cúpula en el poder.
http://www.monografias.com/…/defensa-universidad-publica-y-…
Las universidades públicas han perdido su autonomía universitaria y se han convertido en universidades empresas, al servicio de las empresas y dirigidas como empresas.
http://www.monografias.com/…/a-universidad-empresa-o-univer…
Los sindicatos universitarios son un estorbo para estos intentos de privatización, no solo porque son colectivos de trabajadores organizados y porque tienen contratos Colectivos con prestaciones que han conquistado a través de la lucha sindical.
Los sindicatos universitarios son un peligro para la implementación de políticas neoliberales porque representan los últimos reductos, los últimos espacios en los cuales los trabajadores universitarios pueden ejercer su autonomía y realizar prácticas democráticas como votación para decidir si se van a huelga o no.
En este contexto sociohistorico en el que el derecho de huelga tiende a menospreciarse, cuestionarse y desaparecer, cobra gran importancia que en la universidad de Sonora, el Sindicato de trabajadores y Empleados de la Universidad de Sonora estalla su huelga por considerar insuficientes los ofrecimientos de las autoridades administrativas de la máxima casa de estudios sonorense.
Una vez más los trabajadores universitarios agrupados en el STEUS se convierten en nuestros maestros y enseñan con el ejemplo como se defiende un Contrato Colectivo y su existencia misma como sindicato: a través de la lucha sindical, mediante la movilización organizada, ejerciendo el derecho de huelga.
Todavía se mantiene fresco en nuestra memoria la gran lucha que el Steus dio en el 2,014 al realizar una huelga que duró 68 largos días.
http://www.monografias.com/…/testimonios-psicosociales-huel…
Tristemente el Sindicato de Trabajadores Académicos de la Universidad de Sonora (STAUS) dejó pasar una oportunidad histórica de irse a la huelga coincidiendo con el STEUS. A pesar de que existen varios motivos para irse a la huelga por parte de los trabajadores académicos (problemas con las jubilaciones de los maestros, cláusulas del Contrato Colectivo violadas, imposición del tope salarial, etc.), la votación mayoritaria inclinó la balanza por el No a la huelga.
A través de votación en asamblea general el colectivo de académicos decidió aceptar los ofrecimientos de las autoridades universitarias y desistir del emplazamiento a huelga, a pesar de considerarlas insuficientes e injustas.
Evidentemente el Staus atraviesa por una crisis de liderazgo que ha provocado pierda el rumbo marcado desde su origen como sindicato líder en las luchas sociales de nuestra región y Estado. Esto lo podemos constatar al analizar los resultados de la votación final de ambos sindicatos universitarios encontramos los siguientes números:
Staus Si a la huelga: 432 No 817
Steus: Si a la huelga: 827 No: 524
Cabe mencionar que en ambos sindicatos universitarios estos números fueron el resultado de verdaderos ejercicios de democracia en los cuales las mayorías se expresaron libremente.
Con esta acción el Steus rebasa al Staus y se posiciona como sindicato líder en las luchas sindicales de nuestra ciudad y Estado. Al enarbolar las banderas de huelga en la Universidad de Sonora los trabajadores universitarios se han convertido en puntal de lanza de otros movimientos de trabajadores en lucha.
Esto se confirma al acercarse a los trabajadores universitarios, lo trabajadores del Ayuntamiento de Hermosillo que se encuentran realizando su propia lucha en defensa de sus derechos laborales.
Los pronunciamientos no se han hecho esperar, por un lado la junta local de Conciliación y Arbitraje alega que la huelga es ilegal argumentando un procedimiento no realizado por el Steus. Lo mismo intentaron hacer en el 2,014 pero no les funcionó.
El asunto relevante es el pliego de demandas que presentó el Steus y que no se respondieron satisfactoriamente.
La lucha del Steus representa en este momento una bocanada de aire fresco en tiempos de retroceso y desaparición de los derechos laborales. Con esta acción los trabajadores agrupados en el Steus nos enseñan una vez más como se defiende el derecho de huelga: con la huelga misma.
Con la huelga, los trabajadores del Steus nos recuerdan que los problemas privados pueden convertirse en temas públicos. Nos enseñan con el ejemplo a superar el temor de luchar por nuestros derechos laborales y sociales.
Nos demuestran que sí se puede construir un mundo mejor si luchamos actuando en forma colectiva y organizada.
Nos ayudan a construir una identidad social colectiva como trabajadores y como universitarios que tenemos intereses comunes.
Con su lucha, los trabajadores universitarios se convierten en maestros universitarios que demuestran con su ejemplo a estudiantes universitarios y a los profesores universitarios como la educación puede darse fuera del aula.
Con su acción, los miembros del Steus destruyen la gran mentira que nos dice que el sistema de libre mercado es el único mecanismo que asegura la libertad humana y asegura la democracia. Una mentira que se sostiene gracias a una generalizada cultura de analfabetismo social y político.
Con su lucha, los trabajadores del Steus nos ayudan a recuperar la confianza en nosotros mismos, contribuyen a nuestro empoderamiento social al darle el poder a la gente y demostrarle que actuando en forma colectiva y organizada podemos transformar esta injusta realidad social que nos tocó vivir.
La lucha del Steus apenas inicia, debemos rodear de solidaridad este movimiento de huelga apoyando en todo lo posible sus justas demandas, ejerciendo presión social en cuanto foro tengamos disponible para ayudar a que se termine cuanto antes este conflicto en términos favorables a la causa de los trabajadores.
Los trabajadores académicos afiliados al Staus debemos estar presentes en esta lucha que nuestros hermanos trabajadores han iniciado y enmendemos con nuestro apoyo el error cometido al haberlos dejado ir solos a la huelga.
¡Solidaridad total con la lucha de los trabajadores del Steus¡