La Junta Universitaria lo hizo de nuevo, y ¿cómo iba a ser diferente?, si desde su diseño e inclusión en la Ley 4, su papel de instancia oscura, antidemocrática y discrecional y violatoria de una real autonomía quedó sellado.
Así las cosas, el sábado 23 de enero se publica en el portal de la UNISON una nota donde se nos da a conocer a los plebeyos universitarios que hay humo blanco en la imposición de la máxima autoridad unipersonal del Virreinato del Norte con sede en Caborca.
En esta realidad feudal-surrealista en la que vive la Junta Universitaria, la imposición de autoridades se justifica para mantener el orden necesario que permita el continuo fluir de los privilegios de la alta burocracia universitaria y de los empresarios que hacen negocio con el presupuesto de la Universidad.
De nada sirven los señalamientos de la mala conducción del actual “virrey” del norte y su alfil y protegido en Santa Ana, quien semestre tras semestre provoca un caos en la programación con tal de dejar sin carga a los que considera sus enemigos. Tampoco importó la situación de pandemia, ni los reclamos de la comunidad universitaria para que se democratice la Universidad de Sonora, reclamos que al fin y al cabo son de plebeyos.
En la página también nos muestran la foto donde el tristemente célebre presidente de la Junta Universitaria, Francisco Paz, sin rubor en las mejillas, pero si con cubrebocas, le informa a la maestra Leticia León de la decisión en comento. Que lamentable que haya académicos que se presten a estas farsas; pero ¡esperen!, está en marcha una farsa más grande.