Información picuda y activa contra mentalidades chatas y pasivas, publicada con la zurda en algún lugar de la aún Delegación de Pensionados y Jubilados del STAUS.
Y usted ¿ya leyó? Acaba de aparecer el proyecto, propuesta ¿o versión definitiva?, una vez que se le ponga la fecha y se firme con pluma de marca aún indeterminada el laaaaargamente esperado convenio que, con carácter modificatorio, normará la relación entre la UNISON y el ISSSTESON, con lo que los esfuerzos, empeños y afanes de la directiva del ISSSTESON y nuestros esforzados compañeros promotores de plebiscitos se verán coronados con un incremento gradual (es decir, cuestión de grados porque estamos en un entorno académico y todo cuenta para los estímulos) de la cuota a pagar, hasta llegar al porcentaje que manda, dispone y ordena la Ley 38 modificada en 2005 por el gobernador vende pollos (y algo más) Eduardo Bours Castelo.
El convenio que formalmente se nos presenta como propuesta se encuentra en la página oficial del STAUS en líneay puede ser consultada sin que cause honorarios, salvo el eventual aumento en la cuota que el sufrido y estoico académico deberá pagar so pena de anatema social y político al interior de la república universitaria, en caso de optarse por la autoexclusión por desacuerdo con el criterio institucional… ¿Oposición a la norma? ¡Es broma, es broma!
Del documento de marras llaman la atención un par de detalles (es una forma retórica de decirlo); por ejemplo, el último párrafo de la cláusula primera contiene esta sentencia a cadena perpetua para la UNISON:
“Ambas partes están de acuerdo en que dichas prestaciones y servicios se otorgarán en los términos y bajo las condiciones del presente convenio y conforme a los procedimientos que para tal efecto establece la Ley 38 del Estado de Sonora vigente, sus Reglamentos y la normatividad relativa que en ejercicio de sus atribuciones y competencias haya emitido y que en lo futuro emita la H. Junta Directiva de “EL ISSSTESON”, en caso de que no se contenga en el presente" (el subrayado es nuestro).
Lo anterior suena como que estaremos sujetos a los caprichos, apetitos, ocurrencias y perversiones de la susodicha directiva que no sabemos si es “H” o si alguna vez pudo haberlo sido.
En general, el convenio reconoce la existencia de las “generaciones actuales” y las define como quienes gozaban de la afiliación al ISSSTESON antes de 2005, con lo que se tiene claro que la Ley 38 reformada aún no aplica para las pensiones y jubilaciones de un buen número de universitarios y que subsistirán los efectos legales de la norma anterior a la reforma del citado chapo Bours hasta 2040. Lo anterior, además de un antes y un después de la vigencia plena de la ley 38, también supone una confesión de parte de que el contrato vigente es completamente legal y que cualquier modificación al contrato deberá ser por acuerdo entre las partes, sin empujones ni caballazos, como nos parece que es el caso donde parece que solamente la voluntad del ISSSTESON cuenta; lo anterior cobra importancia si tomamos en cuenta la reciente “victoria legal” del ISSSTESON contra las demandas por nivelación pensionaria incubadas en la cloaca llamada SCJN en contubernio con el director jurídico del ISSSTESON, excolaborador del nefando ministro prianista Eduardo Medina Mora. Aquí se demuestra que la política, más la apatía de los propios afectados, puede más que el derecho en una estructura dominada por la corrupción y el engaño.
Otro aspecto interesante es el que contiene la cláusula sexta del citado documento, en el cual se señala que tanto el trabajador jubilado o pensionado como la UNISON deberán pagar el 7 por ciento por concepto de servicios médicos, “por enfermedades no profesionales y de maternidad”, con cargo a la propia pensión del afectado. Curioso caso de contradicción de la propia ley dado que la pensión no está legalmente sujeta a ningún gravamen. ¿Podrá el chapulín colorado jurídico del sindicalismo universitario ayudarnos? ¿Pasará de noche cuando todos los gatos son pardos este abuso “legal”? ¿Se firmará el “convenio modificatorio” sin hacer gestos ni fruncir… el ceño? ¿Pasará a la historia este convenio como un logro institucional?
La cláusula Décima señala que “ambas partes acuerdan que la vigencia del presente convenio es por tiempo indefinido a partir de sus suscripción” y remata: “El presente acuerdo de voluntades no resulta una novación de los convenios o contratos celebrados con anterioridad, sino un contrato modificatorio” (subrayado en el original)
Como no se trata de hacerle la vida pesada y sabedores de que usted tiene importantes cosas que atender, además de la logística de ir al ISSSTESON a ver si de pura casualidad se ve favorecido con la existencia de ese medicamento que ahora resulta ser su objeto del deseo, terminamos diciendo que el texto del comentado convenio modificatorio propuesto, en todos los aspectos nos da la razón respecto al derecho que tenemos a exigir justicia respecto a lo de las bateadas demandas por nivelación de pensiones, a la exigencia de que, en todo caso, las modificaciones aceptables al actual contrato de servicios con ISSSTESON tendrían que considerar la exención de todo gravamen a las pensiones, con lo que ese 7 por ciento que nos quieren pellizcar sale sobrando; asimismo, si el convenio es, como lo es, un acuerdo de voluntades, debemos reclamar que la UNISON reporte el total de las percepciones de los trabajadores manteniendo el actual porcentaje de descuento en la nómina por concepto de cuotas y aportaciones al ISSSTESON.
También se desprende de la lectura del convenio propuesto que la exigencia del ISSSTESON parte de una posición más política que legal, toda vez que existe el principio constitucional de no retroactividad en la aplicación de las leyes. Lamentablemente, tanto la Universidad como el sindicalismo universitario han optado por lo políticamente correcto, evadiendo la posibilidad de enfrentar al gobierno estatal con la propia ley en la mano. Usted debe comprender que los litigios cansan hasta al más “independiente, democrático, progresista y combativo” porque es “muy aventurado” meterse en esas vainas, pero la lucha sigue, ¡no faltaba más!