Corren rumores de que se pretende imponer una ley orgánica a la Universidad de Sonora, que semeja mucho un maquillaje de la actual ley 4, impuesta por el exgobernador Beltrones en noviembre de 1991.
El proyecto de ley orgánica que el gobierno entregó, en noviembre de 2022, a integrantes de la comunidad universitaria, mantiene buena parte de la estructura de la actual ley 4. Por ejemplo, se queda la Junta Universitaria, cambiándole de nombre a Consejo de Gobierno, con una participación importante en la elección del rector(a), de hecho, es la instancia que lo elige si el Colegio Universitario no lo puede hacer con dos terceras partes, en 30 días.
Asimismo, se mantienen las Divisiones con el nombre de Facultades, se eliminan los vicerrectores pero se crean los directores administrativos de los campus, y se mantiene sin atender la demanda de poner límites al crecimiento de la burocracia universitaria y sus privilegios.
En los temas de gratuidad e inclusión el proyecto de gobierno se queda corto, al posponer la primera, sin garantía de que la Universidad sea totalmente gratuita, y en inclusión, no considera a alumnos de escasos recursos.
Es evidente que el proyecto de gobierno recoge muchas de las demandas y pretensiones de la rectora Rita Plancarte y su aparato burocrático, de ahí que en mucho se asemeje a un maquillaje de la ley 4. Está en la comunidad universitaria evitar esta imposición. La lucha por la democratización y transformación real de la Universidad de Sonora sigue.
¡Democracia ya en la Universidad de Sonora!
¡No a la imposición de una ley 4 maquillada!