En la máxima casa de estudios del Estado de Sonora, nuestra querida Alma mater, La universidad de Sonora y en la dirigencia del Sindicato de Trabajadores Académicos de esta noble institución (STAUS) se observan serios problemas ante la fallida amenaza de suspender los servicios médicos y prestaciones a los trabajadores universitarios si no se acepta la firma de un nuevo convenio que implica aumento de cuotas para los derechohabientes que trabajan en la Unison.

     En la dinámica interna de la Unison tenemos dos frentes que podrían contribuir a salvar el conflicto de tal forma que se respetasen los intereses de los trabajadores universitarios.

     Por un lado tenemos a las autoridades universitarias, quienes en teoría y en su discurso representan a los miembros de la comunidad universitaria (dentro de la cual estamos los trabajadores académicos y trabajadores manuales y administrativos), pero que en la práctica han actuado en forma contraria a los intereses de los trabajadores universitarios al asumir el papel de patrón y tratarnos como sus trabajadores en el contexto de la conversión de nuestra universidad pública a una universidad-empresa, principal legado de ocho años de padecer a Heriberto Grijalva y su equipo.

     Por tales motivos sería iluso esperar que las autoridades universitarias asumieran un papel de defensa de los intereses de los trabajadores universitarios en el conflicto con el ISSTESON.

     Por otro lado, tenemos a la dirigencia del Comité Ejecutivo del STAUS que en varias situaciones ha intentado lograr que se tomen acuerdos en las instancias de gobierno sindical para que se acepte la firma del nuevo convenio. La exhibición de esta postura fue más que evidente en el pasado Congreso Resolutivo del STAUS cuando los delegados impusieron el acuerdo de rechazar la firma de un nuevo convenio y que de manera muy conveniente el Comité Ejecutivo manejó ante los medios como si esa hubiese sido su propuesta.

     La constante en la postura del Comité ejecutivo sobre este problema ha sido dejar pasar el tiempo y esperar que la baja participación sindical termine por ceder ante la presión externa para lograr la forma de este nuevo convenio.

     Por el lado de la dinámica externa de la universidad de Sonora, tenemos un ISSSTESON que atraviesa por una grave crisis financiera en un año electoral en el cual se juega nada menos que la Presidencia de la República y candidatos a Senadores y Diputados, en un contexto de extrema crisis de credibilidad del PRI y sus miembros en el poder.

     La solución que proponen para “sanear las finanzas” del ISSSTESON es precisamente aumentar las cuotas de los derechohabientes de este instituto mediante la firma de un nuevo convenio.

     Ambas partes (Autoridades universitarias y dirigencia sindical del STAUS), olvidan convenientemente que la crisis financiera por la que atraviesa el ISSSTESON se debe al robo de más de $ 6,000,000 millones de pesos que hizo la anterior Directora de ese Instituto Teresa Lizárraga (quien hoy ocupa el cargo de diputada y tiene fuero por lo cual goza de protección ante cualquier acusación) y quien obedecía órdenes del maestro de ladrones que es Guillermo Padrés (por cierto recientemente liberado de varias acusaciones).

     El sentido común, la lógica, el pensamiento ordinario inclusive nos llevaría a exigir el arresto de quienes cometieron este desfalco, el embargo de sus bienes malhabidos y la exigencia de la devolución de lo robado para superar esta crisis financiera.

     Pero no es así, los representantes de la comunidad pensante, es decir, científicos, investigadores, intelectuales, docentes, etc., nos proponen que realicemos un plebiscito interno para determinar la voluntad colectiva y definir si aceptamos la firma de un nuevo convenio entre ambas instituciones.

     En este punto me hago las preguntas: ¿a qué intereses responden nuestros dirigentes sindicales al actuar de esta forma?, ¿Acaso no fue un acuerdo del Congreso Resolutivo del STAUS hace tan solo unos meses de RECHAZAR rotundamente la firma de un nuevo convenio?

     Creo que es una falta de respeto a la estructura de gobierno de nuestro sindicato el ignorar en forma tan descarada acuerdos tan importantes y me parece que los dados están cargados al proponer la figura del plebiscito para lograr su manipulación. Recordemos que estamos en México donde el arte de la manipulación de las elecciones ha rebasado las fronteras de la militancia priista. ¿O acaso tenemos miembros del PRI en nuestra dirigencia sindical?

     Lo más sensato es exigir la restitución de los miles de millones de pesos robados al ISSSTESON y con ese dinero nos evitaríamos aumentos innecesarios en nuestros descuentos quincenales y semanales para seguir disfrutando de nuestro derecho a la salud (que por cierto, es uno de los derechos que se encuentran en la mira del neoliberalismo e intentan acabar con él, lo cual sucederá si lo permitimos con nuestra indiferencia y conformismo).

     Nuestro Comité Ejecutivo debe recuperar su papel de representantes de los intereses de los trabajadores académicos sindicalizados que ya nos hemos expresado en torno a este asunto con un RECHAZO ROTUNDO A LA FIRMA DE UN NUEVO CONVENIO CON EL ISSTESON.

     De no hacerlo e insistir en la implementación de un plebiscito, ignorando acuerdo de instancias superiores a la del Comité Ejecutivo como lo es el Congreso Resolutivo del STAUS, estará demostrando claramente su desviación de los principios democráticos que se encuentran en nuestros Estatutos, al mismo tiempo que exhibirán la gran distancia que existe entre representantes y representados, es decir entre líderes y seguidores, o sea una grave crisis de liderazgo, que antes solo observábamos en otros sindicatos charros pero que hoy estamos viendo resabios al interior de nuestra organización sindical, lo cual es muy grave sobre todo en el momento actual en el que nos encontramos en período de revisión contractual y negociaciones por aumento salarial.

Oscar Yescas