En su conferencia mañanera del pasado 15 de agosto, el Presidente de la República Lic. Andrés Manuel López Obrador, abordó el tema de los aspirantes rechazados a ingresar a las universidades públicas; de manera correcta señaló que el examen de admisión es solo un pretexto usado para cerrar las puertas a las y los jóvenes ante la falta de espacios en las instituciones de educación superior, asociando esto último al rezago presupuestal que tiene el sector después de décadas de políticas neoliberales, y al uso inequitativo del presupuesto que reciben.

Es lamentable que a través de mecanismos como el examen de admisión y el cobro de cuotas se restrinja o niegue el derecho de las y los jóvenes a recibir educación superior, un derecho, por cierto, establecido en la Constitución de nuestro país. Por supuesto las y los jóvenes de las comunidades empobrecidas y marginadas son los que llevan la peor parte.

La Universidad de Sonora no es la excepción, cada año rechaza miles de jóvenes, este año por ejemplo se rechazaron más de diez mil estudiantes. De manera flagrante las autoridades universitarias violan la Constitución, bajo el argumento de que los “rechazados” no aprueban el examen de admisión, responsabilizándolos de manera individual de algo que es una falla del sistema. Otros argumentos son la falta de espacios, o la insuficiencia del presupuesto, claro, lo que no dicen es que el presupuesto no alcanza para más porque la Universidad cuenta con un obeso aparato administrativo, y super salarios y prestaciones de la alta burocracia universitaria.

Mención especial merece la gran cantidad de edificios construidos o remodelados para albergar oficinas administrativas, siendo que hace no mucho tiempo, la mayoría de las oficinas de la administración central se encontraban en el edificio principal, ahora no es el caso. ¿Cuántos espacios para recibir estudiantes se ganarían si la mayoría de los edificios administrativos se convirtieran en aulas y laboratorios? Seguramente miles.

Además, López Obrador fue más allá y puntualizó “Hace falta una reforma al interior de las universidades públicas porque no hay equidad, tiene que manejarse su presupuesto con más equidad, con más eficiencia y evitar gastos superfluos y, desde luego, la corrupción. Porque hay hasta caciques que son como dueños de las universidades públicas…”. Ver https://www.jornada.com.mx/notas/2022/08/15/politica/hace-falta-una-reforma-al-interior-de-universidades-publicas-amlo/

De nuevo López Obrador da en el clavo, identifica con aguda claridad el gran problema que existe en las universidades públicas, donde se han enquistado burocracias privilegiadas, ligadas generalmente al antiguo régimen y a los poderes de facto que existen en cada estado.

Es el caso también de la Universidad de Sonora, donde el grupo de los químicos, ahora unido al grupo de la rectora Dra. Rita Plancarte, ha ejercido el control de la Institución por al menos dos décadas y media, gracias a la Ley 4, y a las políticas neoliberales impulsadas por los regímenes anteriores y con el respaldo de la ANUIES (Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior).

Es precisamente en el marco de la Junta Universitaria donde se llevan a cabo los acuerdos del grupo de los químicos con los poderes fácticos, en especial con el grupo de Beltrones, además de otros grupos empresariales.

Por ello, haciendo eco de los planteamientos del Lic. Andrés Manuel López Obrador, y considerado la falta de democracia que por casi 31 años ha padecido la comunidad universitaria, el Frente por la Democratización de la Universidad de Sonora se dio a la tarea de entregar un oficio al Presidente de la República el pasado sábado 20 de agosto en la población Yaqui de Rahum, en el marco del evento de seguimiento del Plan de Justicia para la Tribu Yaqui. Ver https://staus.mx/archivonoticias/3693-entrega-el-frente-por-la-democratizacion-de-la-unison-un-oficio-al-lic-andres-manuel-lopez-obrador-solicitando-una-audiencia-el-presidente-externo-una-felicitacion-al-frente-por-su-lucha. Al recibir el oficio, López Obrador sonríe y le dice al estudiante de arquitectura Albatros Parra, “felicidades por tu lucha” ¿Así, o más claro?