Lamentable, muy lamentable, lo que ahora pretenden hacer las autoridades de la Universidad de Sonora. En lugar de estar al frente de la lucha por la defensa de la educación pública, insisten en promover fórmulas que privaticen la educación.
Ahora se les ocurrió la “brillante” idea de promocionar la inscripción de estudiantes y profesores de la Universidad de Sonora en los cursos que ofrece la plataforma Coursera, los cuales tienen un costo; ¡Ah!, pero eso sí el costo no será tanto, porque la “benefactora” autoridad está buscando un convenio con Coursera para que los costos de inscripción a estos cursos sean lo más bajo posible. Esto de acuerdo a un correo que circula entre las autoridades de la Unison.
Se pretende que los estudiantes tomen cursos en línea y en inglés (tal y como lo demanda el impuesto modelo educativo 2030) en la plataforma Coursera, los cuales se acreditarán en sustitución de cursos que se imparten en la Universidad. Con ello se obliga a los estudiantes a pagar a un tercero por los cursos. Además, la Institución incumple con el compromiso, que se adquiere con los estudiantes al momento de inscribirse, de proporcionarles una formación completa en la licenciatura que eligen, y no incompleta y complementada con una maquila de cursos de una plataforma privada.
Eso también atenta contra el Contrato Colectivo de Trabajo firmado por el STAUS y la Unison, al generarse un proceso de subcontratación tipo outsourcing, con la correspondiente pérdida de materia de trabajo para la planta académica de la Universidad de Sonora.
En el caso de la inscripción de profesores a los cursos de Coursera, esto se justifica especificando que pueden ser para la formación disciplinar o docente, y agregando que serán contabilizados en el programa de estímulos al desempeño docente. Con esto la autoridad simplemente acepta el fracaso de su programa de formación a través de cursos repetitivos y con poca trascendencia, aclarando que la solución que ahora promueven tampoco es la que se requiere.
Así las cosas, urgen cambios de fondo en la Universidad de Sonora para rescatar su esencia como institución pública, gratuita, inclusiva, democrática y comprometida con la realidad social regional; el cambio de la ley 4 es solo un primer paso.
Dr. Sergio Barraza Félix/PITC DIFUS