La gran victoria, para la comunidad universitaria, que significó la abrogación de la antidemocrática Ley 4 y la aprobación de la nueva Ley número 169, debe ahora profundizarse con la implementación de esta última.

¿Qué se ganó?

Desaparece la Junta Universitaria, y con ello se recupera la autonomía perdida por más de 31 años, ya no tendremos un máximo órgano de gobierno con personas externas.

Desaparecerán el Colegio Académico, los Consejos Académicos y los Consejos Divisionales, esto cuando se instalen los nuevos órganos colegiados. Además, desaparecen los Vicerrectores, y los Directores de División, es decir todo el entramado de órganos colegiados y personales al servicio de la rectoría y que impusieron un modelo de gobernanza vertical y autoritario.

Ganó la democracia

Se integrarán nuevos órganos colegiados: Colegio Universitario, Colegio de Facultades Interdisciplinarias* y Colegios Departamentales, para lo cual se elegirán por medio del voto libre, secreto, personal y directo a representantes de los sectores académico, estudiantil y de trabajadores.

Perdió la antidemocracia

La rectoría y la burocracia universitaria son las grandes perdedoras de este proceso, ya que le apostaron a un cambio cosmético de ley orgánica, que no modificara sustancialmente la gobernanza vertical y autoritaria. Ahora, los operadores de rectoría, encabezados por el secretario de rectoría, Benjamín Burgos, están buscando generar candidaturas afines para ganar los órganos colegiados y volver a controlarlos como en la Ley 4.

Democratizar y Transformar a la Universidad de Sonora

Es responsabilidad de la comunidad universitaria promover candidaturas de representantes de cada sector, comprometidos/as con la democratización y transformación de la Universidad de Sonora, bajo una agenda incluyente, que garantice la gratuidad y el derecho a la educación de los jóvenes, el respeto a los derechos de todas y todos los universitarios y la vinculación de la Universidad con la problemática social y productiva regional.