1º de Mayo, pandemia y lucha por una sociedad justa

Hoy conmemoramos el día del trabajo. Un justo homenaje a las y los trabajadores que lucharon por una mejor sociedad y nos legaron los derechos que seguimos defendiendo.
Este 1º de mayo es diferente. La pandemia y las medidas de sana distancia nos impiden salir a la calle a manifestar nuestra inconformidad. No podemos confrontar cara a cara a los funcionarios del gobierno estatal y del ISSSTESON por su incumplimiento; por la falta de medicamentos; por el atraso en los dictámenes de jubilaciones; por no reintegrar a ese instituto los recursos desviados y; por la falta de castigo a los responsables de su quebranto. Tampoco podemos salir a corear nuestras consignas contra los topes salariales, la inestabilidad en el empleo y las injusticias presentes dentro y fuera de la Universidad.
Eso que no podemos hacer en la calle, lo podemos hacer desde este espacio, y desde todos los espacios virtuales. Pero además, esta pandemia nos mueve a la reflexión, al exponer con toda claridad las miserias de las políticas neoliberales, al desmantelar los sistemas de salud pública, y al condenar a la gran mayoría de la población mundial a un empleo precario o al desempleo.
Asimismo, nuestra reflexión también se dirige hacia una crítica a los sistemas de educación, que con motivo del traslado a la modalidad de educación virtual o en línea, acentuaron su inequidad, al dejar rezagados a los estudiantes que por condiciones económicas no cuentan con acceso a la conectividad necesaria para esta modalidad. Tampoco los sistemas educativos han tenido la capacidad de modificar su orientación; se sigue reproduciendo una educación dirigida al mercado, donde prevalece el éxito individual, cuando lo que más necesitamos es lo contrario, la solidaridad.
Hoy, más que nunca, es claro que somos las y los trabajadores, empezando por los del sector salud, los que podemos sacar adelante a nuestros países en esta contingencia y la crisis que le sigue. La acción solidaria y la lucha por una sociedad justa debe ser nuestra guía. Como trabajadores académicos debemos contribuir a esa lucha, particularmente con nuestro aporte a una educación incluyente, crítica y transformadora.

 

Fraternamente
“Ciencia y Cultura”